El levantamiento de octubre es el punto de partida de un proceso revolucionario de largo alcance y gran profundidad, comparable a los ciclos revolucionarios más agudos que vivió Bolivia durante el siglo XX.
En un proceso así se replantean todos los problemas de la teoría y la praxis marxista. Ya en sus hitos preparatorios, como las Jornadas de febrero, pero fundamentalmente Octubre, que merece ser estudiado en profundidad como un “ensayo revolucionario” de la mayor importancia, presenta de manera condensada muchas de las cuestiones cruciales de estrategia y programa que deberá encarar la vanguardia obrera en este nuevo ciclo de la lucha de clases.
Con Lenin creemos firmemente que no hay práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria, así como que ésta, “a su vez, no es ningún dogma, sino que sólo se forma definitivamente en estrecha relación con la práctica de un movimiento que sea verdaderamente de masas y verdaderamente revolucionario.” En este sentido, asumimos con Trotsky que “el marxismo es el análisis del proceso histórico viviente” y que sólo reflexionando a través de la unidad entre teoría y práctica al calor del desarrollo de la lucha de clases es posible forjar esa “base de granito” que debe ser la teoría revolucionaria para la construcción de un genuino partido revolucionario.
Para ayudar a preparar teórica y políticamente esta construcción es necesario contar con un instrumento de elaboración y reflexión adecuado, una revista teórica enfocada en los problemas de la lucha de clases en Bolivia -y en Los Andes-, desde un punto de vista marxista, proletario e internacionalista.
Por un marxismo vivo y creador en Los Andes
Durante años el clima ideológico en Bolivia, Perú y otros países de la región, estuvo marcado por la reacción. Después de dos décadas de ofensiva “neoliberal” y duras derrotas de los trabajadores, de la debacle de la vieja izquierda reformista en sus distintas variantes (desde el stalinismo tradicional al senderismo) y de los procesos de degeneración de las viejas corrientes trotskistas, el marxismo ha perdido mucho terreno, atacado desde los más diversos ángulos.
Sin embargo, en los últimos años, al calor de las crisis económicas y políticas y la irrupción de las masas explotadas y oprimidas que vienen conmoviendo a varios países del continente, el escenario comienza a ser más favorable para el pensamiento marxista. Puede decirse que después del 2003, los contornos de la realidad social boliviana y la mecánica de la lucha de clases empiezan a transitar por caminos más “clásicos”, pues los problemas centrales de la lucha de clases, del poder y del Estado pasan a un primer plano, llevando a la crisis a las concepciones ideológicas típicas de los 90, como el autonomismo y el indigenismo. Como decía Marx, “no es suficiente que la teoría tienda a la realidad, es preciso también que la realidad tienda a la teoría”, para que las ideas puedan convertirse en fuerza material capaz de transformar el mundo.
Es preciso, pues, luchar por un resurgimiento de la teoría marxista en Bolivia y en Los Andes.
En otro momento histórico -y en un cierto sentido-, el desafío que espera por una nueva generación de marxistas revolucionarios bolivianos y andinos es similar al que encararon los pioneros de los años 20 y 30, como José Carlos Mariátegui: explicar la compleja realidad económica, social, política y cultural de la región a la luz del marxismo, elaborar los principales problemas estratégicos y programáticos de la revolución obrera y campesina en Los Andes, preparar las bases teórico-políticas, ideológicas, para la construcción de nuevos partidos revolucionarios, asimilando de manera creadora la rica herencia teórica y práctica del marxismo y las lecciones de un siglo preñado de convulsiones revolucionarias que ha convertido a países como Bolivia en un laboratorio concentrado de la lucha de clases, en un virtual “campo de ensayos” de la revolución.
Una revista andina
Es para aportar con nuestro modesto esfuerzo a estas tareas fundamentales que iniciamos la publicación de la Revista de los Andes, de teoría y política marxista, como una publicación teórico-política centrada en el proceso revolucionario de Bolivia, en sus problemas, lecciones y desafíos, así como en los procesos de alcance regional, no sólo por la proximidad geográfica y los problemas e historia común de los países andinos, sino y ante todo, porque entendemos que es imposible en nuestro tiempo pensar los problemas nacionales sino es desde el punto de vista superior de la economía, la lucha de clases y la política mundial.
Nos proponemos abrir las páginas de la Revista de los Andes a la colaboración con grupos, intelectuales y militantes individuales con los que acordemos en este marco básico. En temas tales como la cuestión nacional, historia revolucionaria, la situación y perspectivas de la clase obrera, etc., hay mucho que profundizar desde el punto de vista teórico, aun cuando es posible que no siempre haya plenas coincidencias políticas. Esperamos que la colaboración en estos y otros temas, incluyendo un debate fraterno de ideas, sea un componente importante de la publicación.
Dada la importancia del levantamiento de Octubre, dedicamos este primer número especialmente a su estudio.