Mientras las masas imponen unidad para luchar en las calles y caminos, los dirigentes dividen y los acuerdos cupulares, como el "pacto por la unidad" se han mostrado inútiles para unificar la lucha. Tampoco bastan los llamados desde arriba a la huelga general indefinida, sin preparación desde las bases, sin ninguna iniciativa para organizar a los trabajadores de las "capitalizadas", ni para incorporar a las decenas de miles de obreros en fábricas, talleres y minas.
Es necesario y urgente que la COB, la COR y las juntas vecinales alteñas, la FSTMB, el magisterio de La Paz y demás organizaciones en lucha convoquen a una Asamblea Popular, compuesta por delegados de base y con mandato de cada fábrica, mina, barrio popular o comunidad, teniendo también representantes las corrientes políticas obreras, campesinas y originarias, para decidir cómo desarrollar efectivamente la movilización nacional unificada.
La Asamblea Popular podría erigirse en el frente único de todas las masas obreras, campesinas, populares y originarias, soldando la alianza entre los explotados del Occidente y el Oriente del país y oponiendo así un poder efectivo a los elementos de desintegración nacional que atiza la derecha cruceña. Permitiría también trabajar sobre la base del Ejército, para desbaratar las conspiraciones golpistas de los jefes y oficiales. Sería además, la forma de construir un poder de las masas trabajadoras de la ciudad y del campo, opuesto al debilitado poder estatal de la burguesía para abrir el camino a una salida revolucionaria, obrera y campesina. La Asamblea Popular puede comenzar a dar respuesta a la demanda que crece en sectores de vanguardia, al grito de poder popular, o gobierno obrero y campesino.
¡Demos los primeros pasos, con una Asamblea Popular alteña!
Esto no puede quedar como una consigna más. Este problema ya ha comenzado a ser discutido en algunos ampliados y reuniones sindicales, así, el 2º ampliado de emergencia de la COR, hace dos semanas, discutió conformar "las Asambleas Populares que organicen la toma del poder". ¡Hay que poner manos a la obra!
Nada impide que se reúnan urgentemente en El Alto los representantes de todas las juntas vecinales, de todas las fábricas y talleres, del magisterio y los gremiales, de los estudiantes secundarios y universitarios, electos en la base y trayendo mandato de sus asambleas, contando con representantes las corrientes políticas obreras, campesinas y originarias, para decidir en común como seguir adelante con la lucha. Una Asamblea Popular alteña permitiría un gran salto en la organización y movilización y sería un gran ejemplo a nivel nacional. ¡Que las juntas vecinales, el magisterio alteño, la UPEA y otros sindicatos combativos tomen la iniciativa, votando en sus asambleas esta exigencia y cómo ponerla en pie! ¡Sigamos este mismo camino en Huanuni y en otros distritos!