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Salio Palabra Obrera Nº 10


Pacto Rodríguez-MAS-Cívicos-Parlamento-TUTO-UN Un pacto para asentar el desvío electoral y calmar a la derecha
 


Palabra Obrera 10 en Formato Word -

Texto Completo del Palabra Obrera 10

El largo debate por la redistribución de escaños terminó a fines de octubre en un “cortocircuito” del Parlamento. A pesar de los esfuerzos de cívicos y parlamentarios en el encuentro de Santa Cruz, se necesitó un decreto presidencial para destrabar el camino a las elecciones, postergadas de todas formas para el 18 de diciembre. Más allá de las diferencias, se reafirmó un pacto entre los principales actores: garantizar las elecciones, mantenerse en el marco institucional, una redistribución de escaños que favorece a Santa Cruz y en general a la derecha, y conceder un papel político mayor a las élites regionales. Evo Morales, el primero en aplaudir el decreto de Rodríguez, capituló así una vez más, a las exigencias de la reacción.

Garantías suplementarias para la derecha...

El Comité Cívico y la bancada cruceña (dominada por el MNR y el MIR) lograron una redistribución de 3 escaños para Santa Cruz y 1 para Cochabamba, resignando La Paz (2), Oruro (1) y Potosí (1). Más allá de las razones demográficas y de los argumentos jurídicos, lo que estaba en disputa eran problemas políticos de peso: obtener garantías suplementarias en el proceso electoral, garantizando una mayoría parlamentaria que ponga límites a un triunfo del MAS (y eventualmente, pueda impedir su acceso al gobierno), y además, controlando las condiciones en que se convoque a la futura Asamblea constituyente.
Junto con ello, favorecer el reagrupamiento conservador a partir de los comités cívicos controlados por las élites empresariales locales, como actores políticos que puedan bloquear las iniciativas del gobierno central, si éste se “izquierdiza”: el encuentro de Santa Cruz entre los “cívicos” y las bancadas departamentales fue un paso que sienta precedentes.

También, iniciar una redistribución del poder político a favor de la burguesía de Santa Cruz, polo más dinámico del capitalismo boliviano desde hace décadas, contra la declinante hegemonía de La Paz, sede del poder político. Es cierto que los sectores “prorroguistas” -los restos del MNR, MIR y NFR y la ultraderecha que querían postergar las elecciones- no pudieron ir más allá, pero en esos tres problemas, la solución fue favorable a los intereses de la clase dominante, y el MAS avaló el pacto ante las masas. A lo largo de la crisis Evo Morales no hizo sino apuntalar al régimen y dejar en manos de Rodríguez la solución. Ni siquiera contrapuso al carácter antidemocrático de las negociaciones, la necesidad de la Asamblea Constituyente para que sea el pueblo el que decida.

“Fin de régimen” bajo la presión de las masas

Desde la guerra del agua en el 2000, cinco años de grandes luchas de masas debilitaron y finalmente, en el levantamiento de Octubre, quebraron al régimen de la “democracia pactada”, racista y semicolonial bajo el cual se aplicaron durante dos décadas los programas neoliberales al servicio del imperialismo. Se ha derrumbado el sistema de partidos -MNR, MIR, NFR, etc.- que unificaba políticamente a las distintas fracciones burguesas. El Parlamento, cueva de corrupción y conspiraciones contra el pueblo, se ha desprestigiado y deslegitimado completamente.
La disputa por los escaños mostró la fragmentación de las representaciones políticas de la clase dominante, la “resistencia corporativa” de diputados que no quieren perder dietas y prebendas y “volver al llano”, y el peso que adquieren las regiones como polos de poder, mostrando los niveles de la disgregación político-estatal. El poder ejecutivo, que no es más que un gobierno de transición para conducir el proceso electoral, no tiene fuerza propia.

El desvío electoral y sus contradicciones

Es sólo por el desvío electoral acordado en junio, con la colaboración del MAS, que este régimen podrido hasta los huesos y que se cae a pedazos, puede mantener la “continuidad constitucional”. El plan electoral pretende cerrar a través de pasos sucesivos (elecciones generales, futura asamblea constituyente) y con métodos de “reacción democrática” el proceso revolucionario abierto en Octubre. Por ahora, permitió cerrar la crisis revolucionaria de junio y sacar al movimiento de masas de las calles. Pero se basó en una relativa concesión al pueblo: el adelantamiento general de elecciones (así como las elecciones a prefecto, un paso en el camino de las autonomías departamentales que reclaman las élites regionales). Estos cambios, renovando electoralmente el personal político y contrapesando con el poder de las regiones una eventual “izquierdización” del futuro gobierno, apuntan a componer un nuevo régimen político.

Pero el riesgo de que las elecciones lleven a un gobierno reformista del MAS parece inconveniente y exagerado para la clase dominante. Sobre todo, porque detrás del MAS hay un movimiento de masas activo, aunque expectante, y no está claro que éste pueda controlarlo desde el gobierno. A pesar del giro a la derecha de Evo y García Linera y de sus esfuerzos por conciliar y “lulizarse”, la perspectiva de un gobierno de “frente popular” es resistida por la mayoría de la burguesía y el imperialismo.

En realidad, la crisis no ha terminado y el próximo episodio de la misma será, con seguridad, en torno al resultado de las urnas. La enorme polarización social y política sigue expresándose, de manera distorsionada, en las dificultades del proceso electoral. Es difícil que de las elecciones salga un equilibrio político capaz de garantizar la “gobernabilidad”, es decir, la protección de las posiciones logradas por el gran capital nacional y extranjero y la continuidad del programa neoliberal, encuadrando al MAS y sus veleidades de “reformismo democrático” y poniendo un dique a la movilización de masas.

Los trabajadores sin candidato

Ahora, se los invita a votar el 18, entre los candidatos de la burguesía -Quiroga, Doria Medina, etc. y las promesas reformistas del MAS, que no atacan de raíz a los grandes males nacionales y representan la colaboración con los empresarios y explotadores. En ausencia de una alternativa política independiente de la clase trabajadora, desde Palabra Obrera llamamos a votar en blanco y continuar la lucha por la nacionalización del gas y demás demandas de los trabajadores y el pueblo pobre. A confiar sólo en sus propias fuerzas y organización, y a seguir la pelea por poner en pie la organización política independiente de los trabajadores, por una salida obrera y campesina a la crisis nacional.

El 18 diciembre: Vote en blanco

Los obreros no tienen voz propia en estas elecciones. No hay ninguna alternativa de clase, obrera y socialista. El MAS y el MIP son propuestas reformistas para colaborar con los empresarios “nacionales”.
Era posible oponerles un instrumento político de los trabajadores, basado en los sindicatos, con democracia obrera y con un programa obrero y socialista, que utilizara la tribuna electoral para unir las fuerzas de los trabajadores, enfrentando a la derecha y al reformismo del MAS. Los socialistas revolucionarios de la LOR-CI intervenimos en los debates de la COB en agosto y septiembre peleando por esa propuesta. Pero luego de semanas de discusiones, esa posibilidad se frustró por la defección de Jaime Solares y otros dirigentes sindicales. La mayor parte de la dirección cobista, a pesar de sus discursos radicales, comparte con el MAS la estrategia frentepopulista de colaboración con la burguesía nacional; muchos de ellos terminaron sumándose al carro de Evo Morales y García Linera Otros, como los dirigentes poristas del magisterio, se opusieron frontalmente a cualquier paso en la organización política independiente de los trabajadores, cayendo en un abstencionismo político que sólo benefició al MAS. Ninguno quiso llevar esa importantísima discusión política a las bases.
Por otra parte, la reaccionaria legislación electoral vigente dificulta la presentación electoral de la izquierda revolucionaria y aún no tenemos fuerzas suficientes para sortear este obstáculo.
Por todo ello, ante la inexistencia de una alternativa obrera independiente, llamamos a votar en blanco y continuar la pelea por la organización política independiente de los trabajadores en torno a una salida obrera y campesina a la crisis nacional.



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