La crisis de la línea bandera nacional privatizada en tiempos de Sánchez de Losada continúa profundizándose luego del abandono de la tímida intervención del gobierno el mes pasado, que se limitó a constatar algo que los trabajadores y el pueblo boliviano ya sabían: primero la VASP y luego Asbún, con la complicidad de superintendentes, ministros, funcionarios de gobierno y burócratas sindicales han vaciado el LAB, llevándolo a la virtual quiebra, poniendo en riesgo no solo la continuidad de la línea aérea sino la fuente de empleo de sus más de 2000 trabajadores.
El gobierno del MAS plantea que no va a nacionalizar el LAB debido a los más de 150 millones de dólares de deuda. Algunos de sus voceros, como Gustavo Torrico, llegaron a sugerir salidas antinacionales como sería declarar al país zona de “cielos abiertos”.
Ahora alientan una salida que va contra los intereses de los trabajadores y el país: una “compra de acciones” a Asbún -wue además reclama impunidad y el desistimiento de los juicios en su contra-, a ser financiada con eventuales créditos, y que es promovida por sectores acomodados de los pilotos alentados por el Comité Cívico de Cochabamba (La Prensa, 20/04/06) a título de una supuesta “cooperativización” con socios privados.
De esta manera, se buscaría entregar la companía a Lufthansa Consulting Group -consultora especializada en el desguace de empresas aéreas-.
Una salida así significaría descargar sobre las espaldas de los trabajadores el rescate de la aerolínea con su abultada deuda, con cargo a sus salarios y al precio de retiros, jubilaciones adelantadas y “terciarizaciones” masivas (se dice que Lufthansa CG propondría de entrada una reducción de 800 plazas en el personal).
Estas salidas buscan mantener a todo trance la privatización del LAB y no garantizan el empleo para la totalidad de los trabajadores.
El fracaso de la intervención ha puesto en evidencia que la única manera realista de conocer el estado financiero interno y externo del LAB, así como el estado real de toda la empresa es con la apertura de los libros de contabilidad y la puesta en marcha del control colectivo de los trabajadores en todas las operaciones aéreas.
Sin embargo esto no es suficiente, ya que es necesario recuperar la empresa al servicio de todo el pueblo boliviano, garantizando la integración aérea del país y la estabilidad laboral de todos los trabajadores.
Para esto, la única salida progresiva es impulsar la expropiación sin pago de la empresa, que sean Asbún y sus cómplices y protectores: ex superintendentes, ex ministros y “palos blancos”, los que con sus bienes paguen las deudas acumuladas del LAB. Para imponer esta salida hace falta un verdadero plan de lucha, y un primer paso debe ser la conformación de una Coordinadora nacional de apoyo a la lucha de los trabajadores del LAB y por la nacionalización de la empresa.