Un grupo de costureros bolivianos se empezó a organizar y participó en la marcha del 1° de Mayo en Buenos Aires, que llenó la Plaza de Mayo con los sindicatos clasistas, los piqueteros y los partidos de izquierda. Palabra Obrera dialogó con ellos.
Daniel: Nosotros nos estamos agrupando en forma coordinada y organizada en torno a un objetivo: luchar por el trabajador costurero boliviano. Acá en Argentina sabemos que la colectividad boliviana no está muy organizada, y menos los obreros. Tenemos que luchar contra los manejos de la gente que nos explota. A partir de la desgracia que pasó en Luis Viale y puso sobre el tapete todo el trabajo ‘en negro’ los trabajadores textiles bolivianos tomamos conciencia y queremos luchar por nuestras reivindicaciones, que son las mismas de cualquier obrero argentino, paraguayo o de cualquier país: jornada laboral de ocho horas y trabajo en blanco. Y en lo que respecta específicamente a los bolivianos, la documentación pedimos que sea en forma gratuita. (...) También uno de nuestros puntos de lucha es por la unidad de todos los trabajadores, no sólo los bolivianos.
Cintia: Las mujeres pasamos muchas horas de trabajo, y tenemos hijos mientras que trabajamos hasta 18 horas en condiciones inhumanas. Pedimos al Gobierno que nos escuche y que nuestra jornada sea de 8 horas con un salario digno y que el trabajo sea en blanco también. Nos hacemos presentes en este 1 de Mayo con nuestra bandera de trabajadores costureros bolivianos.
Ulises: Estaban confundidos los reclamos del obrero con los del patrón, el tallerista. La clase obrera estaba confundida, pedían precio justo en vez de pedir justicia por los muertos y que los metan presos a los responsables de esa tragedia (...) El Cónsul también es un sinvergüenza, él hacía los arreglos y las tranzas con el obrero y el patrón. Queremos que se vaya. Y queremos que la justicia se encargue y si es preciso que lo metan preso al Cónsul.
Yo hago un pedido a todos mis compañeros bolivianos, costureros de la clase obrera para que se sumen a la organización que estamos haciendo con varios compañeros para luchar por un salario digno, por una jornada de trabajo de 8 horas.
Nuestros compañeros en Bolivia no deben olvidarse que cuando el pueblo se levanta es difícil que puedan detenerlo. Y en ese sentido nuestros antepasados derramaron mucha sangre. Y en este Primero de Mayo estamos recordando que si el pueblo se levanta y la clase obrera se levanta podemos derrotar los ataques de los grandes empresarios.