Los primeros días de junio, los trabajadores de base de Aseo Urbano de El Alto, iniciaron una huelga de hambre en la sede de la COR alteña, exigiendo la convocatoria a Asamblea General para iniciar el cambio del actual sindicato, que en los últimos meses ha venido colaborando con la patronal de Trébol S.A. contra los trabajadores. Durante los meses previos, la empresa intentó despedir a algunos trabajadores por denunciar varios atropellos que se sucedieron en la empresa, como por ejemplo aprovecharse de varios compañeros discapacitados para obligarlos a trabajar tiempo extra sin remuneración, o supervisores que cobraban 50 Bs. para no despedir. La directiva sindical cumplió un lamentable papel en esta situación, colaborando en estos abusos y/o amenazando con el despido a los trabajadores que exigían el cumplimiento del mandato de la directiva, rendición de cuentas y elección de un nuevo sindicato al haber vencido el plazo en el mes de mayo.
La huelga: hacia una nueva directiva
El martes 10 de junio, luego de la imponente movilización a la embajada norteamericana, 9 mujeres ingresan en huelga de hambre en la sede de la COR exigiendo la convocatoria urgente a una asamblea para resolver todos los problemas laborales y sindicales. En la tarde ya eran mas de 20 y al tercer día 50 trabajadoras de base se encontraban en huelga. La asamblea era un hecho. En la misma, tuvieron que participar además del sindicato de aseo urbano, Edgar Patana y otros miembros del comité ejecutivo de la COR ante la insistencia de las compañeras. Luego de tres horas de forcejeos, maniobras y amenazas se llegó al acuerdo de formar el comité electoral que debe convocar a elecciones las primeras semanas de julio.
En el camion
Esto sumado al despido de uno de los supervisores más abusivos, la solidaridad de varias organizaciones a las huelguistas, además de los comunarios de Villa Ingenio que rechazan la presencia de Trébol, es un primer paso y un primer triunfo contra la burocracia sindical cómplice de esta empresa mafiosa. Sin embargo la empresa, ha amenazado con el despido masivo de las 50 trabajadoras que iniciaron la lucha.
Llamamos a todas las organizaciones obreras, vecinales y populares a solidarizarse activamente con las trabajadoras en conflicto, a colaborar y estar vigilantes para que la demanda de más de 500 trabajadoras se haga respetar. Solo así El Alto podrá sacarse de encima a la “mafia basurera”, así como tener condiciones dignas de trabajo para los empleados.