Ni Mesa, abogado de las petroleras, ni el Parlamento reaccionario y proimperialista. Contra toda salida burguesa a la crisis política, contra la autonomía reaccionaria que quieren los “cívicos” cruceños, contra la asamblea tramposa que quiere Mesa, impongamos con la movilización una Asamblea Constituyente Revolucionaria, es decir, verdaderamente libre y soberana, rompiendo con las instituciones actuales y organizada según la voluntad de los trabajadores, campesinos y pueblos originarios. Esta asamblea sólo podrá ser garantizada por un gobierno provisional de las organizaciones obreras y campesinas que se pongan al frente de la lucha.
Para unir la lucha no bastan los acuerdos por arriba entre dirigentes, que una y otra vez han preferido el camino de la conciliación. Hay que coordinar efectivamente las movilizaciones que ya han comenzado, organizando la huelga general política con bloqueo nacional de caminos, con la toma de campos y refinerías y de todas las “capitalizadas” por sus trabajadores, y organizando la autodefensa mediante las milicias obreras y campesinas, hasta imponer el conjunto de las demandas obreras, campesinas, indígenas y populares y abrir las puertas al poder de los trabajadores.
Para ello, que la COB, el congreso de la FSTMB, la COR y la FEJUVE alteñas y las organizaciones obreras y campesinas en lucha convoquen urgentemente, a una Asamblea Popular compuesta por delegados de base y con mandato de todas las organizaciones, de cada fábrica, mina, barrio popular o comunidad, para discutir y decidir cómo preparar efectivamente esta lucha. Nada impide que hoy mismo en El Alto se reúnan los representantes de todas las juntas vecinales, de todas las fábricas y talleres, del magisterio y los gremiales, de los estudiantes secundarios y universitarios, teniendo también voz y voto las corrientes políticas obreras, campesinas y originarias, para decidir en común como llevar adelante la lucha. Una Asamblea Popular alteña así permitiría un gran salto en la organización y movilización y un gran ejemplo nacional, en el camino de construir los órganos de poder obrero y campesino que necesitamos.
¡No a la proimperialista Ley de Hidrocarburos!
¡Nacionalización del gas y el petróleo bajo control obrero y sin indemnización!