Los trabajadores de MAKITESA han sido uno de los primeros sectores fabriles que se ven obligados a tomar drásticas medidas de lucha para enfrentar a la patronal, encabezada por Rene Mayer, hombre con vasta experiencia en hundir fabricas, como la ex HILBO de la que fue dueño, y uno de los más prominentes esclavistas del consorcio IBERKLEID.
En esta lucha los trabajadores no solo que han tenido que enfrentar las dificultades propias de una ocupación, sino también a bandas pagadas por los empresarios. El pasado martes 24 de febrero, es decir el “Martes de Ch’alla” varias decenas de matones, armados con toletes policiales -cuestión extraña que hace suponer la participación extraoficial de jefes policiales-, desembarcaron en la empresa, arrinconaron, gasificaron y golpearon a las mujeres que en ese momento se encontraban de guardia y se llevaron 20 máquinas y casi 300 cajas de prendas terminadas.
Previamente representantes del sindicalismo “amarillo” al servicio del Grupo Iberkleid, como Rodolfo Ramos de AMETEX -empresa que según diversas fuentes viene retirando entre 10 y 15 trabajadores por día de los 5000 en funciones, habían intentado disuadir a los trabajadores en la toma de estas medidas y persuadirlos para que entreguen la mercadería terminada ya que “habría riesgos para todos los trabajadores del consorcio”. Este hombre se dedicó por diversos medios de prensa a desprestigiar la lucha obrera de Makitesa, defendiendo a sus propios patrones.
Pese a todo, la ocupación se mantuvo y los primeros resultados de esta tenaz resistencia se dieron el pasado 2 de marzo en que por orden judicial fue nombrada como interventora la señora América Ríos, delegada del Juzgado 6º de Trabajo, comprometiéndose a velar por las deudas a los trabajadores y la estabilidad laboral.
Los trabajadores han mantenido con firmeza las medidas de lucha esperando que tanto el gobierno como el juzgado ofrezcan garantías a la estabilidad laboral de los trabajadores y el cumplimiento de todos sus derechos.
Hace años que no se producía una ocupación de fábrica en La Paz y la acción de los trabajadores de MAKITESA muestra que éste es el camino para enfrentar las maniobras empresariales, los despidos y cierres, lo que plantea la necesidad de imponer la nacionalización de la empresa, sin pago y bajo control de los trabajadores, única forma de asegurar el mantenimiento de la fuente de trabajo.
Desde Palabra Obrera llamamos a brindar la más activa solidaridad con los trabajadores en lucha de Makitesa.