¡Defender la Caja Nacional de salud! ¡Plan de lucha nacional de usuarios y trabajadores!

La designación de Juan Carlos Alvarado como gerente general de la CNS por parte del gobierno de Evo Morales y el consiguiente rechazo de esta designación por parte de los trabajadores ha disparado nuevamente el conflicto en el sistema de salud, con la disposición gubernamental de autorizar la desafiliación por parte de las empresas privadas y publicas a la CNS. Esta ultima medida, pone en evidencia que al gobierno en ningún momento le intereso garantizar un servicio universal de salud como demagógicamente proclamaba en los meses precedentes, sino que lo que se buscaba era la liquidación y cierre de la caja y la privatización del sistema de salud.
La CNS es la institución fundamental que garantiza el sistema de salud. Según informaciones publicadas por La Razón del martes 8 de noviembre “La Caja Nacional de Salud (CNS) cuenta con 11.833 profesionales (médicos, enfermeras y paramédicos). Del total de los 360 establecimientos de salud que hay en el país, tiene bajo su control 158 hospitales, policlínicos y consultorios”, es decir casi el 50% de los hospitales forman parte de la CNS. Al autorizar la desafiliación Evo Morales y la ex guerrillera Nila Heredia están trabajando para algunas de las 16 aseguradoras, o peor aún, directamente para los servicios privados de salud, a los que el pueblo trabajador no tiene ningún tipo de acceso. Esta situación y esta privatización en los hechos del sistema de salud, fue confirmada por el “flamante” gerente general y causante del actual conflicto Alvarado quien afirmó que es imposible que las demás aseguradoras de salud lleguen a absorber la desafiliación masiva que propugna el oficialismo: “con datos del Instituto Nacional de Seguros de Salud (Inases) de los más de tres millones de afiliados a la seguridad social, la CNS concentra a 2,5 millones, en tanto el resto de las cajas más importantes (Petrolera, Bancaria y Universitaria) llegan a cubrir a 164 mil asegurados” (La Razón, 8/11/2011).

Sistema de salud: un servicio que es boicoteado desde el estado y las empresas

Es un secreto a voces que el sistema de salud nacional está colapsado y en general está al servicio de la clase dominante y los sectores pudientes. Mientras las principales aseguradoras están en conflicto como la CNS o la Caja Petrolera, el negocio privado de la salud florece de la mano del proceso de cambio. Durante todos los gobiernos anteriores incluyendo el actual, la deuda que mantiene el estado nacional con la CNS no ha dejado de crecer, llegando hoy a la friolera de 630 millones de bolivianos, que pese a la retorica sobre la salud universal o la retorica de enormes cantidades de dinero y reservas obtenidas, el gobierno nacional no quiere cubrir. El pago de esta suma permitiría no solo la contratación de personal técnico y médicos sino también el desarrollo de nueva y más infraestructura para mejorar el servicio. Hoy los pacientes deben esperar hasta meses en algunas dolencias para finalmente ser atendidos en el lecho de muerte. Pero por otro lado las empresas privadas e incluso las que brindan servicio a empresas y oficinas estatales, pese a estar obligadas a depositar los descuentos que se les hacen a los trabajadores en concepto de aporte a la CNS, las mismas evaden esa obligación y se quedan con los dineros de los trabajadores. Este “modus operandi” de la parte patronal, se repite no solo en la salud sino en las jubilaciones. En 5 años de gobierno de “Cambio” esta relación entre el Estado que permite esto y la voracidad patronal, es la que se ha mantenido y una de las causas del colapso financiero y técnico de la CNS. Que la misma siga operando, pese al boicot estatal y patronal, es obra de los trabajadores y los usuarios que hacen todo el posible para que el sistema siga funcionando. La situación es tan escandalosa que incluso empresas de limpieza que funcionan y prestan servicios en el mismo ministerio de trabajo, no cuentan con organización sindical y por lo tanto no hay garantía de los pagos a la CNS o al sistema de jubilaciones.

Para defender la CNS y la fuente de empleo, no podemos confiar en la burocracia sindical

La burocracia sindical de diversas gestiones no solo de FENSEGURAL sino también de la COB no son ninguna garantía de llevar adelante un verdadero plan de lucha que defienda la CNS y que pelee por un sistema salud al servicio de los trabajadores y el pueblo. Durante años, la burocracia ha tenido participación en el nombramiento de directores de la CNS y estos en convivencia con los funcionarios afines a los gobiernos de turno, han sido parte en el colapso de la CNS. Por este motivo, es imposible que los trabajadores de base podamos confiar en los planes de lucha convocados por estos mismos burócratas, dispuestos a entregar la movilización a cambio de promesas. Es necesario preparar un verdadero plan de lucha que unifique a los trabajadores de la Caja con los usuarios, es decir los trabajadores mineros, fabriles, maestros, empleados etc., para imponerle al gobierno no solo la cancelación de las deudas sino todo un plan de los trabajadores para reflotar el sistema de salud. Para esto necesitamos la organización de los trabajadores a través de una genuina intersindical que debe estar formada por delegados de todos los sectores involucrados en el conflicto. Los compañeros de FENSEGURAL y de los diversos sindicatos de la caja deben impulsar la unidad convocando al magisterio, a los fabriles y mineros a elegir delegados en asambleas de base para empezar a impulsar la organización democrática y al servicio de la lucha de los de abajo, de las bases.

Por un plan de salud al servicio de los trabajadores y el pueblo

El MAS ha intentado perforar la Caja con la demagogia de un servicio único de salud que supuestamente garantizaría la salud de todo el pueblo boliviano, sea este aportarte o no. Sin embargo en todo ese despliegue retorico, el gobierno jamás indicó cual sería la fuente de financiamiento de ese sistema único de salud. El intento de utilizar y controlar los fondos de la CNS, solo podía conducir a la liquidación de los servicios de salud al no contar con financiamiento para cubrir la salud ya no de 2 millones y medios sino de toda la población. Los trabajadores estamos de acuerdo que toda la población pueda acceder gratuitamente a los servicios de salud, sin embargo para lograr esto es necesario discutir el financiamiento. Hay que nacionalizar las empresas petroleras, hay que nacionalizar la totalidad de la minería para terminar con la sangría que significa que el grueso de la renta se la llevan trasnacionales norteamericanas, canadienses, japonesas o de India. Para lograr un sistema único de salud, es necesario terminar con el fabuloso negocio de la salud que hacen los hospitales y clínicas privadas y de lujo, nacionalizando todos estos servicios e imponiendo impuestos progresivos a las grandes fortunas y propiedades, única forma de garantizar un sistema de salud igualitario y digno para todos.
Sin embargo y viendo los casos de corrupción que han desvalijado el sistema de salud, necesitamos terminar con la administración de funcionarios estales nombrados a dedo por el presidente y muchas veces con el guiño de burócratas sindicales corrompidos. Debemos imponer un sistema de administración y control diferentes. Si los trabajadores aportantes son los dueños de la Caja junto a los trabajadores, es necesario imponer la administración obrera y de los usuarios con carácter colectivo. Que sean los trabajadores de base junto a delegaciones de usuarios los que administren los propios recursos para evitar así el papel de los “directores obreros”, que hacen y deshacen sin control de nadie.
Llamamos a los trabajadores a impulsar la unidad de los diversos sectores para impedir el desmantelamiento de todo el sistema de salud, defendiendo la CNS y la fuente laboral de los trabajadores así como impulsar la discusión de un verdadero plan de salud para todo el pueblo financiado por los ricos.

¡Defender la Caja Nacional de Salud!¡no a la privatización de los servicios de salud!
¡Por un sistema de salud financiado con impuestos progresivos a las grandes fortunas y la nacionalización petrolera y minera sin indemnización!
¡Abajo la corrupción! ¡Por una administración de los trabajadores y usuarios de carácter colectivo!
¡Que el Estado pague los 630 millones adeudados!
¡Por un plan de lucha nacional!
¡Intersindical nacional con maestros, fabriles, mineros, y otros con delegados revocables y con mandato de asamblea!
LOR-CI