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A propósito de la presentación del libro “Rosa Luxemburgo o el precio de la libertad”

¿Una visión liberal burguesa de Rosa Luxemburgo?


"Es absolutamente falso y completamente ahistórico considerar las reformas como una revolución ampliada, y a su vez, la revolución como una serie de reformas concentradas (...) La reforma y la revolución no se distinguen por su duración, sino por su esencia. Por lo tanto quien se pronuncie a favor de una vía de reformas legales en lugar de y en contraposición a la conquista del poder político no elige en realidad un camino más lento y más tranquilo hacia el mismo objetivo, sino otro objetivo completamente diferente." Rosa Luxemburg
 

A propósito de la presentación del libro “Rosa Luxemburgo o el precio de la libertad”

¿Una visión liberal burguesa de Rosa Luxemburgo?

"Es absolutamente falso y completamente ahistórico considerar las reformas como una revolución ampliada, y a su vez, la revolución como una serie de reformas concentradas (...) La reforma y la revolución no se distinguen por su duración, sino por su esencia. Por lo tanto quien se pronuncie a favor de una vía de reformas legales en lugar de y en contraposición a la conquista del poder político no elige en realidad un camino más lento y más tranquilo hacia el mismo objetivo, sino otro objetivo completamente diferente." Rosa Luxemburg

El miércoles 23 de noviembre en instalaciones del palacio de comunicaciones, la Fundación Rosa Luxemburgo de La Paz, presentó la tercera edición ampliada del texto de Jörn Schütrumpf “Rosa Luxemburg o el precio de la libertad”. En un ambiente colmado de público, se llevó adelante una novedosa obra de teatro en la que Rosa dialoga con Bartolina Sisa, Micaela Bastidas y Gregoria Apaza en un buen intento de presentar no sólo un diálogo intercultural, sino también un dialogo que supere las diversas temporalidades en que hicieron historia estas valientes y revolucionarias mujeres. Desde todo punto de vista, la obra de teatro fue lo mejor de la velada.

La visión de los comentaristas del texto: ¿“libertaria”?

Como parte de la presentación, hicieron uso de la palabra tres comentaristas, donde intentaron una semblanza de Rosa Luxemburg en las cuales lamentablemente no se abordó el rol y la trayectoria revolucionaria de Rosa, trayectoria con la cual pasó a la historia. En los comentarios sobre el texto en cuestión, prácticamente ni se mencionó la lucha llevada adelante por Rosa Luxemburgo en su conocido trabajo “Reforma o Revolución”, contra los que pensaban junto a Berstein que la clase obrera tenía que cooperar con la sociedad capitalista, cuestión que podía lograrse sobre la base de la acción parlamentaria. Este discurso fue y es similar al que se difunde desde el autonomismo vicepresidencial, donde los “movimientos sociales” deben cooperar con el Estado plurinacional en pos de un capitalismo andino-amazónico. Esta visión, aunque derrotada en un primer momento en 1896, es la visión que se impuso en el conjunto del partido socialdemócrata alemán unos años más tarde. El segundo aspecto que nadie quiso mencionar, es que Luxemburgo junto a Liebknecht fueron los únicos que, contra su propio partido, defendieron los presupuestos básicos del marxismo como son la independencia de clase y el internacionalismo obrero. El 4 de agosto de 1914, contra la visión estatal burguesa del SPD y del “marxismo” socialdemócrata y colaboracionista Karl Liebknecht votó contra los créditos de guerra del Kaiser, defendiendo la independencia de clase frente al estado imperialista alemán y el internacionalismo obrero frente a la proximidad de la guerra. No por casualidad en 1918, como sub producto de la revolución alemana, será el gobierno de este mismo partido que para salvar a la naciente republica democrático burguesa de la inminencia de la revolución proletaria y socialista, mandó asesinar a estos revolucionarios, cuestión que asombrosamente nadie nombró. Pero esto tampoco es casualidad, ya que los comentaristas y miembros de la fundación son fervorosos “fans” de Álvaro García, del autonomismo de Toni Negri y el llamado “proceso de cambio” de Evo y el MAS. ¿Cómo podían hacer referencia a la revolución socialista de 1918 cuando estuvieron en contra incluso de procesos menores como octubre del 2003?[1] ¿Cómo podían hacer referencia a la intransigente posición de Rosa contra la colaboración de clases cuando los comentaristas son o fueron empleados de la vice presidencia y del estado burgués boliviano y de su “capitalismo andino amazónico? Estos comentaristas hicieron hincapié en aspectos personales de Rosa y en su espíritu libertario, contra la concepción de partido de Lenin y contra el supuesto leninista de un “marxismo estatalista”, pero liquidando en un sólo acto el carácter de clase de todas las determinaciones en que se apoyó Rosa Luxemburgo. Así, el supuesto estatalismo leninista es combatido con la figura de Rosa Luxemburgo, pero nada menos que desde un fundación asociada a Die Linke en Alemania, que administra la municipalidad de Berlín y lleva los planes privatizadores y neoliberales en esta ciudad, así como por personajes que hablan de “libertad” y “autogestión” en una Bolivia que ha permitido reconstruir el Estado burgués semicolonial y que desde el gobierno aplica planes cada vez más anti obreros y anti indios como quedó en evidencia con la crisis del TIPNIS. El gran drama al que no pueden escapar los autonomistas altiplánicos, es que en los 90’ bregaban contra cualquier forma de partido leninista, y contra cualquier forma de “tomar el poder”, y ahotra, gracias a una intensa lucha de clases desde el 2000, se vieron catapultados al poder. Mientras eran un grupo estudiantil se llenaron la boca con expresiones tomadas de Halloway sobre “¿cómo hacer la revolución sin tomar el poder?”, para luego aprovechándose de las luchas indígenas, campesinas y populares, tomaron y administraron el poder burgués sin hacer ninguna revolución. El doble discurso, la doble vida tan característica de nuestra sociedad y de toda sociedad burguesa, adquiere rasgos patéticos y bizarros en nuestro país. Se habla contra el estatalismo leninista desde el estatalismo de la vicepresidencia. Se habla contra el partido leninista mientras se construye un partido cada vez más burgués y empresarial. Se habla de Rosa Luxemburgo y su espíritu libertario mientras se llevan adelante medidas anti obreras y antipopulares. Se habla de auto emancipación de la clase obrera para negar cualquier organización revolucionaria de la clase obrera, única forma der garantizar esta autemancipacion. La astucia de la historia ha transformado a estos “libertarios” en simples liberales obligados a mantener un discurso y una retorica socialoide para defender sus fuentes de trabajo e intentar recrear ilusiones sobre sectores populares cada vez más desencantados de un cambio que sólo llegó a estas capas universitarias de la mano de la administración estatal.

El tópico “autonomista” del texto en cuestión

El texto, dividido en tres partes, contiene en la parte central tres artículos de Rosa Luxemburgo, entre los que podemos encontrar el texto polémico “sobre la revolución rusa” escrito un par de meses antes de su asesinato a manos de los socialdemócratas. La parte primera, una extensa valoración de Jörn Schütrumpf y la parte III una serie de artículos de personeros afines a la revolución bolivariana chavista y a Evo Morales en Bolivia. Aunque la primera parte evidencia un conocimiento historiográfico mayor sobre la vida y obra de Rosa Luxemburgo, la insuficiencia del marxismo en general -y Rosa Luxemburgo era marxista- hace que aspectos valiosos mencionados por Jörn Schütrumpf se pierdan en una evaluación liberal y superficial de los aportes de la revolucionaria polaca-alemana.

Así, podemos ver un ejemplo del pensamiento liberal del autor cuando se refiere a la ruptura de Marx con los anarquistas, que para el autor serian “absurdas”, llegando incluso a afirmar que las diversas rupturas en las que se fragmentaron las corrientes marxistas serian de carácter subjetivo o religioso. Permítasenos reproducir un fragmento que pinta el pensamiento completo del autor, de la fundación y del equipo de fans de la vice: “Con Marx y Bakunin y más intensamente con sus discípulos, que muchas veces no pasaron de ser meros imitadores, se enfrentaron irreconciliablemente el llamado socialismo científico y el “socialismo libertario” también llamado anarquismo. A pesar de que una interpretación sobria revelaba una serie de importantes aspectos en común entre ambos, intencionalmente estos se dejaron en un plano secundario. En su lugar los dos hombres, que ya estaban envejeciendo, cargaron sus diferencias sin duda existentes todavía con su enemistad personal, y así heredaron a la izquierda un cisma que perdura hasta el presente, a pesar de ser totalmente absurdo.

Por lo menos, en lo fundamental, prácticamente no había diferencias en cuanto a los objetivos de las dos corrientes, las diferencias reales estaban en el camino a transitar. Por primera vez se inició una confrontación que iba a fragmentar a la izquierda durante el siglo XX en grupos y grupúsculos cada vez más pequeños y más sectarios: los leninistas con sus fragmentaciones, los trotskistas con todavía más fragmentaciones, los maoístas... se puede seguir la lista al gusto del lector. Todos tienen tanta razón, se burlaba ya Kurt Tucholsky. Cada uno de estos grupos se consideraba ser el único que sabía el camino correcto para salir del valle de lagrimas del capitalismo y luchaba contra todos los otros “no creyentes” según el siguiente patrón: mientras más cercanas sean tus opiniones a las mías, más peligrosas son. (...) la izquierda europea pasó grandes partes del siglo XX sumida en ese infantilismo. (....) sólo los stalinistas adornados como marxistas leninistas tendrían éxito. (...) surgieron de un grupo de revolucionarios más jóvenes.” Esta visión, subjetiva y maniquea, no comprende la importancia del impacto de la lucha de clases en el desarrollo de las corrientes marxistas y la lucha entre ellas. La ruptura con el llamado anarquismo lejos de tratarse de un capricho como le parece a Schütrumpf, era la expresión política organizativa de la lucha llevada adelante por Marx y Engels en constituir a la clase obrera en sujeto político, es decir, no sólo objeto de explotación, no sólo sujeto de lucha, sino sujeto político. Mientras Bakunin y otros opinaban que el sujeto político podían ser los “bandoleros” por estar libres y no sujetos a la esclavitud asalariada que embrutecía y limitaba las posibilidades acción revolucionaria, Marx insistía en la necesidad de la organización política de la clase obrera, apoyando junto a Proudhon incluso, la posibilidad de que los trabajadores francéses mandaran sus delegados al parlamento. La ruptura definitiva, sin embargo, no fue por el capricho de los hombres que estaban envejeciendo, o por la importancia de sus enemistades personales, sino las conclusiones, las lecciones de la derrota de la Comuna de Paris. Es decir, no es la buena o mala voluntad de los revolucionarios, sino la lucha de clases y sus presiones la que llevarán a la ruptura. Mientras el autor piensa que el surgimiento del estalinismo fue el resultado de un grupo de “jóvenes” revolucionarios que eran portadores del atraso semi bárbaro de Rusia y de una concepción de organización centralista heredada de Lenin, en realidad, contra esta unilateralización interesada, para nosotros marxistas revolucionarios el surgimiento estalinista es expresión de una guerra civil contra 16 ejércitos imperialistas, la destrucción de toda la industria de preguerra, el hambre y las pestes que junto al atraso asiático, agravado por la derrota de la revolución socialista alemana y de Europa occidental condujeron al desarrollo de la burocracia. No comprender esta dinámica es reducir un enorme drama histórico de un pueblo en revolución y guerra a sólo las “ideas” o al atraso. Estas dimensiones tiene su lugar pero no pueden ser abstraídas de la dinámica de la lucha de clases. Si la ruptura de Marx con Bakunin fue para llevar al terreno de la política la independencia de la clase obrera, la ruptura de Rosa Luxemburgo primero con Berstein en 1896 y luego en 1914 con el SPD, fue por la misma causa. Cuando Lenin formula su concepción de partido para afrontar las difíciles condiciones de la acción revolucionaria en Rusia, una de las elaboraciones de ingeniería social mas audaces del siglo XX, es precisamente para pelear por esta independencia de clase en un plano mayor como es el de la organización. No es una “receta” organizativa como pretenden los autonomistas y los socialdemócratas, (y antes el estalinismo) sino que es la expresión de la lucha por la independencia de clase del proletariado frente a una concepción muy extendida entonces de la acción económica y espontaneista. Lenin consideraba el economicismo en el movimiento obrero como una tarea necesaria e inevitable de la acción obrera, pero que era la expresión de una conciencia burguesa en el seno del movimiento obrero, y, por lo tanto, se hacia necesario establecer límites más rigurosos en la organización partidaria para garantizar una genuina acción independiente. Finalmente, la lucha de Trotsky contra Stalin, es también por el mismo motivo: la adopción de la teoría del “socialismo en un sólo país” conducía a la ruptura del internacionalismo obrero y a la coexistencia “pacifica” con el mundo capitalista. La colaboración de Stalin con las burguesías semicoloniales, en pos de una etapa de desarrollo capitalista autónomo o la colaboración de Stalin con las burguesías “democráticas” contra el fascismo en los llamados frentes populares era la consumación del abandono de toda política de independencia de clase y por lo tanto de ruptura con la perspectiva de la revolución socialista. Son los diversos resultados de la lucha de clases, es decir, la materialidad social y las diversas lecciones que los revolucionarios extraigan la que provocará el fraccionamiento o la unidad. Por ejemplo el autonomismo de raíz marxista que surgió con brío durante los 90’ era expresión no de algo novedoso como lo quisieron presentar, sino la adaptación al triunfalismo ideológico del imperialismo luego de la caída del muro de Berlín. Mientras la burguesía proclamó el fin de la clase obrera, (Fukuyama dixit) un grupo de “marxistas” dieron por cierta esta afirmación y se lanzaron a la búsqueda de un nuevo sujeto, esta vez era una fantasmal “multitud”. Mientras la burguesía dijo que todo universalismo emancipatorio estaba en bancarrota, algunos marxistas dijeron, “no hay que tomar el poder”, hay que coexistir en forma “autónoma” en el marco de estados capitalistas (EZLN), es decir que mientras sostenían un discurso innovador de un socialismo democrático y superador de todas las taras del siglo XX, pasaban a administrar el estado burgués como acá en Bolivia. El autonomismo se puede entender por la resignación de la intelectualidad de izquierda a las condiciones materiales impuestas por la restauración capitalista en el Este y por la ofensiva anti obrera en el oeste. Para finalizar este punto, el tópico autonomista-liberal que se desarrolla en el texto, se repite de las más diversas formas y variantes, provocando una deformación -¿stalinista?- de la historia y de lo que propugnaba Luxemburgo.

Hacia una visión revolucionaria y actual de Luxemburgo

Rosa Luxemburgo, fue una revolucionaria. Toda su vida peleó contra el capitalismo y sus portadores, no solo como clase dominante, sino incluso contra todos aquellos que buscaron con diversos argumentos conciliar o tender puentes con este sistema. Frente al surgimiento de corrientes conciliacionistas, representadas por Bernstein, escribió un conocido folleto polémico, rescatando la necesidad de la lucha por el socialismo. Con esta línea de conducta criticó no el parlamentarismo en general, ya que sabía sobradamente que este tenía un carácter de clase burgués, sino especialmente el rol de los diputados socialdemócrata en ese parlamento burgués.

 Sobre la democracia y la cultura: Las críticas que formuló a Lenin[2] y Trotsky nunca pierden de vista este aspecto básico donde la revolución -obrera y socialista- debe estar al servicio de establecer una nueva forma de democracia que reemplace a la democracia burguesa, y no para embellecerla: "... siempre hemos diferenciado el contenido social de la forma política de la democracia burguesa, siempre hemos denunciado el duro contenido de desigualdad social y falta de libertad que se esconde bajo la dulce cobertura de la igualdad y la libertad formales. Y no lo hicimos para repudiar a éstas, sino para impulsar a la clase obrera a no contentarse con la cobertura si no a conquistar el poder político, para crear una democracia socialista en reemplazo de la democracia burguesa, no para eliminar la democracia"[3]. Así mismo, la visión que tenia Luxemburgo sobre el carácter de clase de la cultura, donde mientras exista una sociedad dividida en clases la cultura necesariamente debe ser una cultura de y al servicio de la clase dominante, se ajustaba claramente a la visión y a los postulados marxistas clásicos sobre este importante aspecto de la vida social: “En toda sociedad de clases, la cultura intelectual (arte y ciencia) es una creación de la clase dominante; y el objetivo de esta cultura es en parte asegurar la satisfacción directa de las necesidades del proceso social, y en parte satisfacer las necesidades intelectuales de la clase gobernante. (...)La clase obrera no estará en condiciones de crear una ciencia y un arte propios hasta que se haya emancipado de su situación actual como clase”. Es interesante notar que estas solas líneas echan por la borda todo intento de los pluri multi culturales del MAS de querer apoyarse en Rosa para sus objetivos de negociación con las clases dominantes sobre la base de la interculturalidad. No puede existir interculturalidad que no sea asimétrica y menos que menos “emancipativa” en tanto no tomen las acciones que vayan a reemplazar el poder burgués por el poder obrero. Queda pues en evidencia que toda la retorica intercultural desplegada desde palacio sólo tiene el objetivo: de avanzar en una “revolución” como si fuera un “proceso”, baratija distribuida a las clases explotadas para garantizar su pasivización mientras se reconstruye un nuevo orden de dominio, tan burgués y semicolonial como antes, pero adornado de retorica descolonizadora.

 Sobre el derecho de autodeterminación de las naciones: Rosa, Lenin, Evo y el TIPNIS.....
Entre las divergencias que expresó Rosa Luxemburg con la política sostenida por los bolcheviques durante la revolución, están las consignas bolcheviques sobre la apropiación privada de la tierra por un lado y por otro el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas. Sobre la primer cuestión, Rosa reivindica el clásico programa socialista de colectivización y nacionalización de la tierra y no su parcelación, sin embargo reconoce que la táctica aplicada por los bolcheviques de tomar la demanda de parcelación, aunque significa una resignación momentánea del programa marxista, permitía la construcción de una hegemonía obrera sin precedentes que garantizaba el triunfo de la revolución al unir al proletariado con los campesinos[4]. El otro aspecto es el que tiene que ver con la demanda de “derecho de autodeterminación de las naciones incluso a su separación si lo considerarán necesario”. Rosa califica esta demanda de “fraseología hueca y pequeñoburguesa” donde los “bolcheviques aprendieron con gran perjuicio para ellos mismos y para la revolución, que bajo la dominación capitalista no existe la autodeterminación de los pueblos, que en una sociedad de clases cada clases de la nación lucha por determinarse de una manera distinta y que para las clases burguesas la concepción de la liberación nacional está totalmente subordinada a la del dominio de su clase. La burguesía finlandesa, al igual que la de Ucrania, prefirió el gobierno violento de Alemania a la libertad nacional si esta la ligaba al bolchevismo”[5]. Esta afirmación doctrinal que a primera vista puede parecer correcta en términos marxistas, se manifestaba políticamente incorrecta. El marco histórico en que se desarrolla esta lucha política no puede abstraerse: la I guerra imperialista mundial, con su secuela de barbarie y opresión sobre clases y pueblos enteros aun no había acabando, ¿Cómo los bolcheviques podrían mostrar al mundo, a todas las clases y pueblos que la política socialista no se asentaba en ninguna forma de opresión nacional y que esto era algo absolutamente nuevo si se toma en cuenta la historia de los pueblos oprimidos? ¿Cómo podían construir los bolcheviques esa hegemonía obrera, sobre el mundo campesino, que en la periferia de Rusia se expresaba como nacionalidades oprimidas? ¿Cómo combatir a los partidos nacionalistas burgueses que siembran ilusiones en el movimiento de masas, si no es arrebatándoles precisamente demandas muy sentidas en la población como son las demandas nacionales y culturales? El gran merito de Lenin, Trotsky y los bolcheviques es precisamente que comprendieron el momento de la revolución también como un momento de transición en la lucha por el socialismo, transición que incluso podía significar un paso atrás como fue en el caso de Finlandia y Ucrania, pero que dejaron sentados para la clase obrera internacional una norma programática invaluable en la lucha contra las corrientes burguesas, ya que como dice Luxemburg en el caso finlandés y ucraniano, solo la clase obrera aliada a las clases y capas oprimidas y explotadas es la única que puede garantizar un genuino derecho a la autodeterminación, es decir solo la clase obrera es la única que puede garantizar plenamente demandas de carácter democrático burgués como es el de la autodeterminación. La causa de este importante error de Rosa Luxemburg, estaba alimentado por una profunda confianza y fe en el futuro socialista de la humanidad y por lo tanto de un incansable espíritu de lucha internacionalista y de rechazo a la demagogia nacionalista esgrimida por las clases altas, como en Polonia, lo que no evito sin embargo que pese a estas intensiones cometiera esta importante incomprensión de la política bolchevique, quienes veían que para poder llevar adelante una solida leal y fraternal unión entre los pueblos, es decir los mismo objetivos que Rosa, era necesario demostrar que los socialistas estaban dispuestos incluso a separarse primero para despejar el recelo y el resentimiento acumulados en decenas de pueblos por una secante opresión de siglos.

Esta discusión y la relación que es necesario establecer entre las demandas de carácter nacional y una política de independencia de la clase obrera, tuvo una importante prueba recientemente en nuestro país con la marcha indígena del TIPNIS contra la construcción de la carretera por ese territorio. Evo Morales, que durante los primeros años de su gobierno proclamó el derecho nacional de los pueblos indígenas incorporando incluso este derecho en la nueva constitución, después de haber logrado pasivizar a las masas, después de haber reconstruido y puesto en marcha un nuevo orden de dominio burgués llamado “estado plurinacional”, vuelve a hacer primar los intereses de las trasnacionales pisoteando este derecho. Mientras Rosa Luxemburgo se oponía a esta demanda poniendo en primer lugar los intereses del socialismo internacional, Evo Morales primero los defendió para finalmente combatirlos, pero siempre al servicio de la propiedad privada, la acumulación individual y las trasnacionales petroleras y madereras.

La actualidad del marxismo revolucionario: Lenin, Luxemburg Trotsky....

Hoy, cuando la crisis capitalista esta abriendo un nuevo ciclo de lucha de clases en el plano internacional, donde las primeras respuestas a esta crisis se han desarrollado en el medio oriente y particularmente en Egipto con una creciente presencia obrera que no se veía hace décadas, los marxistas revolucionarios, invitamos a la juventud, a las nuevas generaciones de trabajadores que se verán obligados a salir al combate, a estudiar las obras no sólo de Rosa Luxemburgo, de la que se puede aprender mucho, sino de Lenin y especialmente de Trotsky quien tuvo que lidiar y preservar los valores ideológicos elementales del marxismo clásico frente a la degradación y abandono de los mismos que sembraron las derrotas de la clase obrera a manos del fascismo y del stalinismo. Este nuevo ciclo de lucha de clases que se abre, debe ser un trampolín para forjar una estrategia y un programa que permita vencer, y en ese marco las palabras de Rosa dirigidas a los bolcheviques repletas de entusiasmo y confianza en el futuro socialista son las que deben convertirse en un motor para la reflexión y la acción revolucionaria. Rosa, luego de haber formulado diversas criticas al bolchevismo culmina así: “no se trata de tal o cual cuestión táctica secundaria, sino de la capacidad de acción del proletariado, de su fuerza para actuar, de la voluntad de tomar el poder, del socialismo como tal. En esto, Lenin, Trotsky y sus amigos fueron los primeros, los que fueron a la cabeza como ejemplo para el proletariado mundial. Y son todavía los únicos, hasta ahora, que pueden clamar con Hutten: “¡Yo lo se!”

Esto es lo esencial y duradero en la política bolchevique. En este sentido, suyo es el inmortal galardón histórico de haber encabezado al proletariado internacional en la conquista del poder político y la ubicación practica del problema de la realización del socialismo, de haber dado un gran paso adelante en la pugna mundial entre el capital y el trabajo. En Rusia sólo podía plantearse el problema. No podía resolverse. Y en este sentido, el futuro en todas partes pertenece al bolchevismo”[6]

Javo Ferreira

[1] En forma consciente se pretende ocultar que Evo Morales como parte de su ubicación “seria y responsable” en octubre del 2003, se pronunció en contra de la huelga convocada por la COB en repudio a los asesinatos de Warisata, y no contento con esto se fue a Ginebra. Cuando las muertes ya eran de varias decenas el 12 y 13 de octubre, mandó a Filemón Escobar a la COB a brindar su apoyo “hasta las últimas consecuencias”. Para poder salvar al Estado semicolonial boliviano, los que se negaron a pelear en ese entonces, hoy abusan de la retorica de octubre para terminar de enterrarla, como sucedió con la cuestión de los hidrocarburos ¿arribismo? ¿oportunismo? Juzgue el lector lo que mejor le parezca.
[2] Lenin luego del asesinato de Rosa Luxemburg y Karl Liebcknet se refirió a la revolucionaria polaca con estas palabras: "un águila puede en ocasiones descender más bajo que una gallina, pero una gallina jamás podrá ascender a la altura que puede hacerlo un águila. Rosa Luxemburgo se equivocó en la cuestión de la independencia de Polonia, se equivocó en 1903 cuando enjuició al menchevismo, se equivocó (...) Pero a pesar de todas esas faltas, fue y sigue siendo un águila, y no solamente su recuerdo será siempre venerado por los comunistas de todo el mundo, sino que su biografía y la edición de sus obras completas representarán una valiosa lección para la educación de muchas generaciones de comunistas de todo el mundo”
[3] "La revolución rusa", 1918
[4] “El partido de Lenin fue el único que asumió el mandato y el deber de un verdadero partido revolucionario, garantizando el desarrollo continuo de la revolución con la consigna: ‘todo el poder al proletariado y al campesinado” La revolución Rusa, pág. 81 “Rosa Luxemburg o el precio de la libertad”
[5] Ídem pág. 88
[6] La revolución rusa, Pág. 104 (Rosa Luxemburgo o el precio de la liberta



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